Natalia cayó en su trampa

Natalia cayó en su trampa

La presentadora de Sábados Feliz Natalia Rodríguez cayó en la trampa del rating y se enredó en las redes antisociales. La muchacha aceptó una entrevista con Douglas Sánchez en Multimedios; cuando la tuvo en su jaula, el periodista detectó la cicatriz que ella tiene sobre un tema difícil, rascó un poquito y abrió la herida; ella se desangró. Al día siguiente, tras conocerse las fuertes confesiones que ella hizo sobre los maltratos recibidos durante su niñez, explotaron las alertas y se desbordó el morbo. Un familiar se apresuró a desmentir algunas acusaciones que ella hizo sobre su progenitor, ya fallecido. Los medios también hicieron eco del asunto. Mientras todo esto sucedía, Douglas Sánchez se acreditaba más menciones acerca de su espacio de entrevistas; probablemente no imaginó que la iría tan bien con ella; pero ¡sorpresa!, funcionó porque después todos querían ver la famosa entrevista en redes, como suele pasar. Para explicar lo anterior, les pongo un ejemplo: cuando Luis Carlos Monge llevó a Melissa Mora a su programa A Cachete, también en Multimedios, algunos vieron el espacio; pero cuando trascendió que la guapa había estado cacheteando con el cachetón de traba y ella subió la famosa entrevista en sus perfiles, ardió Troya —como la marca de sus pantalones vaqueros—. En su perfil de Instagram la entrevista cachetona, fue reproducida 90 mil veces en menos de 24 horas y después le perdimos el rastro; debe haber subido mucho más, especialmente si tomamos en cuenta que Melissa tiene más de medio millón de seguidores. Volviendo al tema que nos ocupa, Natalia Rodríguez pudo perfectamente haberse ahorrado tal disgusto. Después vinieron los desmentidos y acusaciones y dele con el tema por aquí y por allá y poco faltó para que se pidiera la intervención del Patronato Nacional de la Infancia, el Instituto de la Mujer, la Defensoría de los Habitantes, de Albino Vargas, de Célimo Guido, José Miguel Corrales —no, ese ya no— y todo aquel que se sintiera aludido. Un tema que pudo haberse mantenido en reserva armó un reguero de considerables proporciones. Por el momento, los de canal 7 saben que, si quieren subir su presencia en los medios y en las redes, deben aceptar una entrevista en otro canal, echarle un poco de morbo, y lo demás llega solo, solito. Más cuidado con estas “entrevistas”; piénsenlo dos veces antes de aceptar porque en un instante, caen en el remolino de los moralistas, jueces en todo, expertos en nada y hasta de familiares que no sabíamos que existían. Todos quieren sus redes de fama, convertirse en tendencia y ni se diga la peste de los influencers, pero de esos hablaremos después.

Natalia Rodríguez