Alex Murillo I Nota de Prensa l redaccion@laesquina506.com
En un inspirador testimonio de valentía y dedicación. Diego Quesada, un atleta paralímpico costarricense, ha superado innumerables obstáculos para clasificar no una, sino dos veces para los Juegos Paralímpicos, primero en Tokio 2020 y ahora en París 2024. Su historia es una lección de esperanza y resiliencia que nos recuerda que los sueños pueden prevalecer incluso en las circunstancias más difíciles.
Diego Quesada ha enfrentado un desafío único en su camino hacia la excelencia deportiva. Costa Rica carece de instalaciones adecuadas para la práctica del tiro con arco, y mucho menos para atletas con discapacidades. Actualmente, él entrena en Coronado, en el campo ferial, donde normalmente se celebra la feria del agricultor. Este no es un entorno ideal para un deportista de élite, pero Diego persevera, motivado por su amor por el deporte y su deseo de representar a su país en la escena mundial.
Anteriormente, Diego entrenaba en el Estadio Nacional, pero debido a que no hay un entrenador nacional la administración del estadio no da el permiso para que pueda ir, posterior a eso estuvo entrenando en el Estadio de Coronado pero no pudo continuar ya que en ambas instalaciones tienen como prioridad la práctica del fútbol. Su lucha constante por encontrar un lugar adecuado para entrenar, que se adapte a sus necesidades y a las particularidades del tiro con arco, es un recordatorio de su determinación y compromiso con su deporte.
Duro camino
Diego se enfrenta a desafíos adicionales en su búsqueda por la excelencia deportiva: hacen falta instalaciones adecuadas y tampoco cuenta con un entrenador especializado que le ayude o guíe para cumplir sus objetivos deportivos. Sin embargo, él sigue adelante. Su disciplina y dedicación lo llevan a entrenar seis días a la semana, a menudo de forma solitaria y en terrenos no adaptados para sillas de ruedas en donde depende de la ayuda de otra persona.
En Costa Rica, aproximadamente 150 atletas practican tiro con arco, pero Diego es el único en su condición de discapacidad que compite en esta disciplina. Además, compite contra atletas convencionales que poseen todas sus capacidades, lo que hace que sus logros sean aún más notables.
Testimonio de superación personal
Diego era un ciclista apasionado hasta que por un trágico accidente, perdió la movilidad de sus piernas. No obstante, encontró la inspiración para regresar al mundo del deporte cuando vio a una persona sin brazos que practicaba el tiro con arco. Este fue el inicio de su viaje hacia los Juegos Paralímpicos, un camino marcado por la resiliencia y el espíritu competitivo.
Para clasificar en los Juegos Paralímpicos, solo hay 32 espacios disponibles en todo el mundo, y Diego Quesada ha sido uno de los primeros 16 en asegurarse un lugar en París 2024. Su enfoque en el control mental, la serenidad y el mantenimiento físico le ha permitido mantenerse competitivo.
Diego se toma su deporte con la misma pasión y disciplina con la que uno trataría un trabajo convencional. A pesar de sus limitaciones, asiste puntualmente a sus entrenamientos seis días a la semana, cada sesión de cuatro horas, antes de continuar con sus responsabilidades como emprendedor.
A pesar del apoyo del ICODER, Diego enfrenta desafíos financieros significativos. Los costos de pagar un entrenador privado, movilización recaen sobre él, junto con otros gastos esenciales como hidratación, alimentos saludables y equipo deportivo.
Diego Quesada es un ejemplo de la fuerza de la voluntad humana. Su sueño es traer a Costa Rica una medalla paralímpica pero para ello necesita apoyo para alcanzar su máximo potencial. Si desea brindar su apoyo a Diego Quesada comuníquese al 8301-3525