Entidades financieras en Costa Rica deberán cumplir con la regulación SARAS

Entidades financieras en Costa Rica deberán cumplir con la regulación SARAS

Ayer 22 de julio de 2025. Las entidades financieras en Costa Rica enfrentan un nuevo reto regulatorio con la implementación de la regulación SARAS (Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales) emitida por la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF). Esta busca alinear el sistema financiero nacional con los compromisos internacionales del país en sostenibilidad y cambio climático.

De acuerdo con especialistas, la regulación SARAS representa una transformación en la manera en que los bancos y demás instituciones evalúan y gestionan sus riesgos, extendiendo su alcance hacia impactos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).

Así lo explicaron Luis Barrientos, Risk Domain Expert de SAS para América Latina, e Iván Domínguez, Customer Advisor Manager de SAS para México, Caribe y Centroamérica, durante el conversatorio “Más allá del cumplimiento: innovación y gestión de riesgos con SAS”, organizado por SAS, empresa pionera en IA y analítica avanzada. En el marco del evento, ambos especialistas analizaron y explicaron el alcance e implicaciones de esta normativa, así como diversas estrategias que las entidades financieras pueden aplicar para su implementación efectiva y transformadora.

Pero ¿qué es la regulación SARAS y cuál es su impacto? Barrientos, explicó que esta regulación nace como parte de los compromisos internacionales asumidos por Costa Rica, como el Acuerdo de París y los objetivos de desarrollo sostenible. Precisamente, en 2023, la SUGEF emitió una normativa que establece cómo las entidades financieras deben gestionar y reportar los riesgos ambientales y sociales asociados a su cartera de créditos e inversiones.

“La meta país es lograr emisiones netas cero para el 2050, y el sistema financiero debe jugar un rol clave en ese camino”, indicó Barrientos. Añadió que el SARAS obliga a las entidades de este sector a incorporar criterios ambientales, sociales y de gobernanza en su toma de decisiones, en la evaluación de riesgos y en la relación con sus clientes y contrapartes.

El principal reto: transformar datos en decisiones

No obstante, añadió el especialista de SAS, la regulación también genera nuevos retos para las entidades financieras. Uno de los mayores desafíos que enfrentan estas entidades reguladas, según Barrientos, es la falta de datos estructurados y la complejidad de la documentación requerida.

“Las instituciones deben mapear cómo los riesgos climáticos, como inundaciones o sequías, afectan sus carteras. Esto implica no solo acceder a información climática confiable, sino también desarrollar capacidades analíticas para convertirla en información útil para la gestión”, mencionó Barrientos durante el conversatorio.

Añadió que “estamos en un momento donde el regulador pide reportes específicos, pero el reto es ir más allá y entender cómo esos riesgos se traducen en impacto financiero real”.

Sin embargo, la regulación SARAS también trae consigo oportunidades. Una de ellas, mencionó Barrientos, es transformar el cumplimiento regulatorio en una herramienta para la toma de decisiones estratégicas. “Esto no debe verse solo como un requerimiento de la SUGEF. Es una oportunidad para identificar vulnerabilidades, adaptar modelos de negocio y mejorar la resiliencia de las entidades”, enfatizó.

En este sentido, ejemplificó que el análisis de zonas de riesgo, como deslizamientos o zonas propensas a inundaciones, permite anticipar afectaciones a los activos de clientes o inversiones, y definir políticas de crédito más inteligentes.

El valor de una plataforma moderna

Iván Domínguez, Customer Advisor Manager de SAS para México, Caribe y Centroamérica, añadió a las observaciones de Barrientos que, para superar estos retos y aprovechar estas oportunidades, las entidades financieras deben adoptar plataformas tecnológicas modernas que les facilite la implementación del SARAS. Ello porque estas plataformas permiten integrar fuentes de datos diversas, utilizar inteligencia artificial y aplicar modelos predictivos para simular escenarios y evaluar impactos.

“La tecnología ya existe. Herramientas como simuladores de huracanes o modelos de riesgo de terremotos están disponibles y pueden integrarse a la plataforma de análisis. Esto reduce el tiempo, mejora la precisión y permite tomar decisiones informadas”, explicó Domínguez.

Durante su participación, el experto mostró ejemplos de simulaciones realizadas por SAS, donde se evalúa el impacto financiero de un huracán o un terremoto en una cartera de créditos hipotecarios, identificando daños potenciales a los activos y afectaciones a los estados financieros de las entidades.

Integrar la innovación en la gestión de riesgos implica pasar de un enfoque reactivo a uno proactivo. Los datos y la inteligencia artificial permiten no solo cumplir con la normativa, sino también optimizar la asignación de capital, mejorar la cobertura de seguros, prevenir pérdidas y crear nuevos productos financieros más alineados con el riesgo ambiental y social. El uso de información sintética, gemelos digitales y simulaciones basadas en IA permite proyectar escenarios incluso cuando hay pocos datos históricos disponibles”, dijo Domínguez.

Adicionalmente, ambos expertos coincidieron en que estas implementaciones deben tener una alta prioridad para las entidades financieras. No solo porque la SUGEF lo exigirá en sus reportes, sino porque los riesgos climáticos son ya una realidad concreta y creciente.

“Estamos en la etapa de implementación del SARAS. Es el momento ideal para construir estructuras internas sólidas que permitan evaluar riesgos climáticos, medir su impacto y actuar de forma estratégica”, agregó Barrientos.

Explicó que SAS se ha consolidado como un socio estratégico para las instituciones financieras en la región. A través de su plataforma de gestión de riesgos, SAS proporciona herramientas para recopilar datos, modelar escenarios, automatizar reportes y tomar decisiones basadas en evidencia. “Estamos trabajando con entidades financieras para implementar metodologías internacionales, modelos robustos, y además facilitar la colaboración entre áreas como sostenibilidad, tecnología, riesgos y cumplimiento”, dijo.

Además, destacó la participación de SAS en iniciativas globales como el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, donde ha contribuido en discusiones sobre metodologías y sus despliegues a través de casos de uso reales que demuestran cómo la gestión de riesgos ASG puede generar valor para las entidades.

Claves para una implementación exitosa

Finalmente, los expertos ofrecieron recomendaciones para las entidades que están iniciando el camino de implementación del SARAS:

  • Adoptar una visión estratégica: no limitarse al cumplimiento regulatorio, sino utilizar la normativa como una oportunidad de negocio.
  • Construir estructuras colaborativas: integrar las áreas de riesgos, cumplimiento, sostenibilidad y tecnología en un proceso común.
  • Aprovechar herramientas disponibles: utilizar modelos existentes, simulaciones y tecnologías de IA ya disponibles en el mercado.
  • Crear procesos auditables y repetibles: documentar bien cada paso para que las decisiones puedan ser replicadas y mejoradas con el tiempo.
  • Fomentar una cultura de riesgos climáticos: sensibilizar a la alta dirección y al consejo sobre la importancia de estos temas en la estrategia de negocio.

“La implementación del SARAS en Costa Rica es un paso firme hacia un sistema financiero más sostenible, resiliente y alineado con los desafíos del siglo XXI. Esto no es un trámite más. Es una nueva forma de pensar el negocio financiero. Las entidades que lo comprendan y actúen en consecuencia estarán no solo mejor preparadas para enfrentar los riesgos del futuro, sino también para liderar en la transformación hacia una economía sostenible”, concluyó Barrientos.

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