- La carne debe conservarse a una temperatura entre los 0ºC y los 5ºC

Junio 2025. Manipular y almacenar de manera adecuada las carnes luego de su compra es fundamental para preservar su sabor, durabilidad y cuidar la salud de la familia. Tome nota de las siguientes recomendaciones de almacenamiento para no comprometer la seguridad alimentaria y evitar el desperdicio.
En el hogar, el refrigerador es la herramienta principal para preservar la proteína animal en buen estado, siempre y cuando se mantenga en la temperatura idónea.
Manrique Ortiz, gerente de calidad de CoopeMontecillos recomienda que “para las carnes de res y cerdo, la temperatura ideal debe mantenerse entre 0ºC a 5ºC; esto garantiza su preservación durante la vida útil que se declara en el etiquetado”.
Ortiz también explica que la proteína animal puede conservarse por largos periodos, incluso hasta por 12 meses, siempre que se preserve en congelación constante a -18ºC.
Sin embargo, en casa se suelen cometer errores comunes al momento de almacenarla. Algunos de ellos incluyen descongelar la carne y dejar que supere los 5ºC, no protegerla del aire directo dentro del refrigerador o congelador, lo que provoca la deshidratación de su superficie, ignorar la fecha de vencimiento indicada en el empaque, o congelar y descongelar el mismo producto en repetidas ocasiones, alterando tanto su calidad como la inocuidad.
Uno de los errores más frecuentes, agrega el experto, ocurre cuando se descongela la carne y no se consume de inmediato. Esa condición genera pérdida de líquidos, y si el descongelamiento se hace de forma agresiva, se altera la jugosidad y textura de los cortes.
Por eso es fundamental hacerlo en ambientes controlados, como el refrigerador, para conservar características como color, sabor, suavidad y seguridad sanitaria.
Para un mejor almacenamiento en casa, se recomienda utilizar empaques adecuados. Las bolsas plásticas cumplen con funciones básicas como prevenir la deshidratación, evitar la contaminación cruzada y contener posibles derrames de líquidos. También los envases cerrados, con tapa hermética ofrecen beneficios similares.
Finalmente, se debe prestar especial atención a las señales de alerta durante el proceso de descongelación y preparación. “El cambio de aroma es la principal señal de que la carne no debe consumirse. También pueden presentarse alteraciones de color, pero esto no siempre significa que el producto esté dañado, ya que las carnes se oxidan naturalmente al contacto con el oxígeno. No obstante, si se detectan sabores anormales como rancios o ácidos, lo más seguro es descartarla”, concluyó Ortiz.