- Octubre es el Mes de la Concientización sobre la Ciberseguridad, y a medida que la inteligencia artificial transforma la forma en que vivimos y trabajamos, surge una pregunta central: ¿cómo sabemos quién es real en línea?
- Según datos del OIJ, las denuncias por delitos informáticos en modalidad de suplantación de identidad en Costa Rica sumaron más de 4.500 denuncias entre los años del 2019 y el 2023.

Costa Rica, 14 Octubre, 2025 – Internet está entrando en una nueva era de sofisticación, y lo mismo ocurre con las estafas en línea. Desde parientes clonados con IA que piden dinero hasta ejecutivos falsos que engañan a empleados para realizar transferencias millonarias, el fraude digital ha evolucionado de simples enlaces de phishing a identidades sintéticas que parecen y suenan reales. Solo este año, el fraude con deepfakes podría aumentar un 162%, afectando tanto a empresas como a individuos.
Durante este Mes de la Ciberseguridad, la atención se centra en un punto ciego crítico de la seguridad tradicional: la prueba de humanidad. Los firewalls y la encriptación protegen los sistemas, pero no a las personas. A medida que la IA redefine industrias y creatividad, nos obliga a enfrentar una pregunta fundamental: ¿cómo preservamos la confianza en un mundo digital donde cualquier cosa puede parecer humana?
“La IA está desbloqueando un potencial increíble”, dijo Miguel Rocha, Gerente General para México y Centroamérica en Tools for Humanity. “Pero a medida que se vuelve más fácil replicar el comportamiento humano, la ciberseguridad debe evolucionar más allá de los firewalls y las contraseñas. Necesitamos formas de verificar la humanidad, de manera privada y universal, para garantizar que la tecnología siga sirviendo a las personas, no engañándolas.”
¿Dónde fallan hoy los sistemas de protección contra el fraude?
Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), las denuncias por delitos informáticos en modalidad de suplantación de identidad en Costa Rica sumaron más de 4.500 denuncias entre los años del 2019 y el 2023. Las autoridades atribuyen este incremento a la expansión de estafas digitales, suplantación de identidad y fraudes bancarios en línea, evidenciando la urgencia de fortalecer los mecanismos de verificación y educación digital en el país.
Según una encuesta de IPSOS y Tools for Humanity el 86% de los encuestados ha sido víctima de fraude en línea o robo de identidad o conoce a otros a quienes les ha sucedido. A lo largo de industrias e instituciones, los estafadores están aprovechando vulnerabilidades sistémicas a gran escala:
- Suplantación sintética: La clonación de voz representa una amenaza para cualquier persona que haya subido un video a internet. Los criminales combinan datos reales y falsos para crear identidades sintéticas con historiales crediticios que operan por años sin ser detectados. Con proyecciones que indican que los archivos deepfake crecerán de 500,000 en 2023 a más de 8 millones en 2025, cada llamada o video ahora deja una duda: ¿Es esta persona quien dice ser?
- Crisis de confianza por perfiles falsos: Las apps de citas reportan que entre el 10% y 15% de los perfiles son falsos. Las redes profesionales enfrentan currículos generados por IA. Las plataformas de reseñas combaten campañas de bots que pueden destruir reputaciones de negocios en una noche. Incluso el sentir público en línea se vuelve dudoso.
- Mayorías falsas: Ejércitos de bots inundan los comentarios en redes sociales, manipulan encuestas y fabrican movimientos que parecen originarse de personas reales. Esto genera la ilusión de que “todo el mundo” piensa igual o apoya cierta causa, cuando en realidad, unas pocas personas controlan miles de cuentas. Esto distorsiona la percepción pública y hace difícil distinguir qué conversaciones son genuinas.
Por qué las defensas actuales no son suficientes
La seguridad tradicional pregunta: “¿Tienes la contraseña correcta?” o “¿Puedes recibir este SMS?”. Pero estos sistemas asumen que ya eres humano. Protegen la puerta, pero nunca verifican si quien entra es una persona o un programa sofisticado. La solución requiere un cambio fundamental: establecer la prueba de humanidad única como capa base, no como un complemento. Esto implica:
- Verificación con privacidad: Demostrar que eres un ser humano único sin revelar datos personales. Las pruebas criptográficas confirman la humanidad sin vigilancia.
- Interoperabilidad universal: Una sola verificación válida para todos los servicios, eliminando verificaciones repetidas sin permitir rastreo entre plataformas.
- Diseño resistente al fraude: A diferencia de las contraseñas que pueden ser robadas, la prueba de humanidad crea una verificación única que no puede transferirse ni sintetizarse.
- Accesibilidad global: Debe funcionar para todas las personas, en cualquier lugar, sin importar el dispositivo o el nivel técnico.
World ID encarna estos principios a través de su tecnología de prueba de humanidad. Al verificar de forma anónima la humanidad y unicidad de una persona una sola vez, permite que los individuos interactúen en distintos servicios sabiendo que los demás participantes son genuinamente humanos.
Las organizaciones que implementan la prueba de humanidad se posicionan para servir a clientes reales, proteger a usuarios reales y mantener la confianza real. En una era donde las máquinas pueden imitar perfectamente a las personas, probar la humanidad se convierte en la base de toda interacción significativa en línea.