Marvin Araya desafinado

Oct 4, 2023 | Televisión

Pablo Áviles l redaccion@laesquina506.com

San José, Costa Rica.- El destacado músico y brillante clarinetista Marvin Araya, juez del concurso Nace Una Estrella, estuvo bastante “desafinado” y “desentonado” el pasado domingo 1º de octubre.

El maestro Araya, respetado sexagenario, suma amplia experiencia en la música y en la producción de exitosos montajes masivos; este talentoso artista ha acercado la actividad sinfónica al gran público. Muy bien por él.

También se ha convertido en una figura destacada de la televisión, gracias a su paso por varios formatos de Teletica, sin embargo, recientemente ha tenido lamentables fallos, especialmente para una figura tan respetada como la de él, quien debe tener presente aquella frase según la cual la confianza rompe el saco.

Marvin Araya, respetado y respetuoso, como es, no debe olvidar en ningún momento el carácter familiar de un espacio como Nace una Estrella.

Antes de entrar en materia, es preciso decir que don Marvin no debería dar puntos extras a los cantantes, diciendo que quiere que canten su canción con la Filarmónica. Hace dos domingos, por ejemplo, casi le dijo al venezolano… “para mí sos el mejor”, cuando apenas van por la mitad de la temporada. Además, no debe olvidar su condición de juez y, por lo tanto, está obligado a la imparcialidad o por lo menos a intentarla.

También me parece sospechosa su actitud, y la del resto del jurado, con respecto a Rowena, algo raro pasa con ella quien, a mi criterio, tiene el mejor perfil para ganar, pero siento que al jurado no le gusta, entonces siempre le bajan el piso o la castigan. Debe haber detrás de Rowena un profesor y promotor, incómodo para los jueces, entonces se sacan el clavo con la talentosa y espectacular Rowena.

Volviendo al tema de Marvin, algo raro le pasó el pasado domingo durante la transmisión en vivo de Nace una Estrella. Primero se refirió a Edgar Silva Loaiza, en varias oportunidades, como “mae” y más adelante, cuando uno de los concursantes los hizo llorar, Marvin le dijo a Edgar, palabras más, palabras menos, “¡diay güevón!” no vez que yo estoy igual.

Don Marvin puede ser íntimo amigo de Édgar Silva y lo que quiera, pero al aire, en televisión nacional, en un programa de amplia audiencia y dirigido a la familia, debe guardar la compostura y las buenas maneras. La televisión debe educar, siempre educar, nunca ir para atrás.

Marvin pasó de ser mozote alajuelense, a abuelo bonachón. Lo de maje o “mae” se lo escuché desde el segundo programa. Luego entró en confiancitas con los concursantes, lo cual adelgaza la línea del respeto.

Está bien que en Canal 7 don Marvin tenga muy buenos amigos, pero es necesario disimular. El lunes y el martes, por ejemplo, en Telenoticias pasaron varias veces una larga nota sobre su espectáculo de este fin de semana y, para peores, el mensaje casero, hecho por Marvin con su teléfono, se veía mal y desenfocado, tanto que un video histórico de Los Beatles, utilizado en esa nota, se veía más nítido Ringo que Marvin.

El culantro es bueno pero no tanto: ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre. ¡Cuidado se queman!