
San José, marzo 2025. Muchas empresas enfrentan altos costos en salud ocupacional y productividad sin percatarse de que uno de los principales factores que afecta sus finanzas es el presentismo. Este fenómeno ocurre cuando un colaborador acude al trabajo sin estar en condiciones óptimas, lo que impacta negativamente su desempeño. Estudios revelan que el presentismo genera mayores pérdidas económicas que el ausentismo o las incapacidades.
La empresa ADN CARE, experta en bienestar corporativo, analizó el caso de un centro de servicios especializado en ventas y mercadeo en Costa Rica, con 400 colaboradores y un salario base de $800. Los resultados evidenciaron la magnitud del problema: la organización destinaba un gasto médico anual por colaborador de $2,545, mientras que el costo del presentismo ascendía a $2,300 anuales por empleado. En total, esto representaba una pérdida anual de $1,938,000, sumado a un impacto negativo en la productividad estimado en $18,465,000.
Según Allan Castro, director ejecutivo de ADN CARE, el presentismo es más difícil de detectar que la incapacidad o el ausentismo, especialmente en entornos de teletrabajo, donde el monitoreo del desempeño es menos preciso. “Muchas empresas han normalizado esta situación hasta el punto de incluir gastos millonarios en su presupuesto sin implementar soluciones efectivas para reducir estas pérdidas”, afirmó.
El impacto del bienestar corporativo basado en resultados
Empresas vanguardistas en industrias como tecnología, dispositivos médicos, e incluso aseguradoras, han comenzado a abordar el problema del presentismo con programas de bienestar estructurados y basados en resultados. Estas estrategias no solo buscan mejorar la calidad de vida de los colaboradores, sino también optimizar la eficiencia operativa y reducir fugas de dinero.
En el caso del centro de servicios analizado, la implementación de un programa de bienestar de ADN CARE, logró reducir un año después, en un 20% los costos por incapacidades y en un 15% el presentismo, lo que representó un ahorro de $387,000 anuales. Además, la recuperación de la productividad ascendió a $2,772,000. Estos resultados demuestran que invertir en bienestar no es un gasto, sino una estrategia financiera inteligente que impacta positivamente la rentabilidad empresarial.
“El bienestar organizacional va más allá de la felicidad laboral, además de mejorar la condición de los colaboradores, busca que la empresa mejore su productividad y reduzca los gastos en salud e incapacidades. No se trata solo de actividades aisladas, sino de estrategias estructuradas que consideran factores como nutrición, actividad física, gestión del estrés y seguimiento médico. La fatiga crónica, el sobrepeso y los problemas musculoesqueléticos, principalmente el dolor de espalda, son algunas de las principales causas del presentismo y requieren atención inmediata”, insistió Castro.
Una inversión con alto retorno
El presentismo impacta no solo en la productividad, sino en la calidad del trabajo, el servicio al cliente y la cultura organizacional. Según estudios recabados por ADN CARE, el 72% de la población costarricense tiene sobrepeso y 23 % obesidad y en cuando a la fuerza laboral el 70% presenta altos niveles de estrés, el 64% tiene fatiga crónica y el 48% no duerme las horas recomendadas. Estos factores afectan la eficiencia de los colaboradores y generan altos costos ocultos para las empresas.
A diferencia de lo que muchos empresarios creen, el bienestar corporativo no es un lujo ni un beneficio extra, sino una inversión estratégica. Empresas en Costa Rica y en toda América Latina están comenzando a implementar programas de bienestar con enfoque financiero, logrando ahorros significativos y un retorno de inversión tangible.
“Es momento de que las organizaciones dejen de asumir estas pérdidas como inevitables y comiencen a actuar. La clave está en identificar las fugas de dinero, medir su impacto y desarrollar estrategias efectivas para minimizar el presentismo y potenciar el rendimiento empresarial” concluyó Castro.