
Alajuela, marzo de 2025. En el taller de MATRA, rodeada de montacargas, tractores y vagonetas, las manos de Natalia Morera Moya moldean con precisión el metal, dando forma a piezas esenciales para la industria pesada. Pero su verdadera obra maestra es su propia historia: la de una mujer que, con valentía y determinación, ha conquistado un espacio tradicionalmente dominado por el género masculino.
Con 36 años y madre de tres hijos, Natalia no solo desafía los estereotipos, sino que abre el camino para las nuevas generaciones. Su hijo mayor, de 18 años, ha decidido seguir sus pasos y estudiar la misma carrera que ella, inspirado por su esfuerzo y pasión. «En mi trabajo de mamá tengo el apoyo de mi mamá y de mis hijos, quienes se cuidan entre ellos», relató con orgullo.
Su llegada a MATRA fue el resultado de su perseverancia. Inició su camino en la compañía haciendo su práctica profesional y tras demostrar su talento y compromiso, logró quedarse. Hoy con más de seis meses en la empresa es la única mujer en el taller, un entorno que la ha recibido con respeto y apoyo. «El crecimiento en MATRA ha sido grande. Todas las personas de acá lo motivan a uno y lo ayudan a salir adelante», afirmó.
Natalia se formó en mecánica de precisión con máquinas convencionales, un técnico que le tomó tres años completar. Durante ese tiempo, enfrentó desafíos como la manipulación de maquinaria pesada, pero nunca dejó que las dificultades la detuvieran. «Lo que yo podía hacer sola al 100%, lo hacía sin ayuda. Ya cuando veía que no podía, acudía a mis compañeros», recordó.
«Se abren muchos caminos. Hay muchas mujeres que nos daba miedo porque decíamos que este trabajo era solo para hombres, pero incluso son trabajos de mucho detalle y tacto. Yo le digo a las mujeres que se animen y que expandan su conocimiento», destacó Morera.