Redacción l redaccion@laesquina506.com
Durante la pandemia de COVID-19, la región Latinoamericana experimentó un aumento en el uso indebido de antimicrobianos, con datos que citan que más del 90 % de los pacientes hospitalizados con COVID-19 recibieron estos fármacos, a pesar de que solo el 7 % los requirió para tratar una infección secundaria.
Los agentes antimicrobianos son medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones. Estos medicamentos, en especial los antibióticos, son esenciales para preservar la salud humana, la sanidad animal, así como la protección vegetal. Un uso excesivo o inadecuado de estos fármacos puede conllevar a la aparición de microorganismos resistentes a su acción. A este fenómeno se le conoce con el nombre de resistencia a los antimicrobianos.
La Resistencia Antimicrobiana (RAM) ocurre cuando las bacterias se vuelven resistentes a antibióticos, es decir, enfermedades e infecciones que alguna vez fueron tratables se vuelven difíciles de tratar y hasta mortales. Si no se evita, se estima que más de 10 millones de personas morirán por causas relacionadas con la RAM para 2050, siendo un fenómeno del que Costa Rica no escapa.
“Es vital que se tomen medidas para abordar este problema, incluyendo la implementación de políticas para reducir el uso de antibióticos, el desarrollo de nuevos medicamentos y el fortalecimiento de los sistemas de salud para garantizar el uso adecuado de los antibióticos. Como individuos, también podemos hacer nuestra parte para ayudar a prevenir la resistencia antimicrobiana. Esto incluye seguir las instrucciones del médico cuando se recetan antibióticos, no compartir antibióticos con otras personas y tomar medidas para prevenir la propagación de infecciones, como lavarse las manos regularmente y practicar la higiene adecuada. En resumen, esta es la pandemia que nadie habla; la resistencia antimicrobiana es un problema grave y complejo que requiere un enfoque multifacético. Debemos trabajar juntos para abordar este problema y garantizar que los antibióticos sigan siendo eficaces para tratar las infecciones en el futuro”, mencionó el Dr. Alexei Carrillo Villegas, ministro de Salud a.i. de Costa Rica.
En el caso costarricense, se sabe que bacterias como la Clostridium difficile ―causante de fuertes cuadros de diarrea― ha evolucionado a otros tipos más prevalentes. La variación genética de las cepas, con nuevas toxinas y una mayor resistencia a los antibióticos, convierte a este patógeno en un agente cada vez más difícil de eliminar. El primer brote registrado en Costa Rica se originó en el hospital San Juan de Dios en el 2009. El segundo fue en el 2013.
La resistencia antimicrobiana a los antibióticos es uno de los desafíos más grandes de la salud pública de nuestro tiempo: son pocas las opciones de tratamiento que existen para las personas infectadas con bacterias resistentes a los antibióticos.
“La resistencia a los antimicrobianos es una de las diez principales amenazas a la Salud Pública. El trabajo en equipo intra e interinstitucional de los sectores público y privado, la capacitación de los diferentes actores, así como el fortalecimiento y dotación de recursos a estos programas, se convierten en oportunidades para prevenirla y combatirla”, aseveró el Dr. Bernal Cordero, especialista en enfermedades infecciosas.
Durante los últimos 70 años, el uso y abuso de los antimicrobianos se ha extendido no sólo en la medicina humana y veterinaria, sino también a otros campos, como la producción animal y agrícola. Los microbios resistentes a los antimicrobianos se encuentran en personas, animales, alimentos y el medio ambiente (en el agua, el suelo y el aire). Se pueden propagar entre personas y animales, incluso a partir de alimentos de origen animal, y de persona a persona.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) Las vacunas son, en primer lugar, herramientas poderosas para prevenir las infecciones y, por tanto, tienen el potencial de frenar la propagación de las infecciones resistentes a los antimicrobianos.
Un encuentro de líderes
En este contexto, el Business Council for International Understanding (BCIU) en asociación con MSD (Merck, Sharp & Dohme) –compañía biofarmacéutica con amplia trayectoria en la investigación y desarrollo de antibióticos– convocaron a los funcionarios y a los referentes de salud más importantes del país, para establecer conversaciones de alto nivel y abordar este problema de salud pública y su impacto en nuestro país.
El objetivo de este encuentro fue evaluar las oportunidades actuales para la implementación exitosa del Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Resistencia a los Antimicrobianos Costa Rica 2018-2025, que establece acciones para combatir la resistencia a los antimicrobianos en el país y exponer lecciones aprendidas y buenas prácticas que promuevan la mejora en los sistemas de salud en la atención de esta problemática en salud en Costa Rica y en la región.
“Trabajar con el Ministerio de Salud, MSD, CCSS, las asociaciones médicas, universidades y sistemas hospitalarios de manera estratégica y colectiva fue un paso necesario para obtener retroalimentación crítica para fortalecer la respuesta de Costa Rica a la RAM. Nos ha brindado una amplia oportunidad para promover la colaboración y el intercambio de conocimientos para avanzar en el Plan de Acción Nacional, profundizar en la proactividad de la región, comprometernos con la acción y crear más conciencia pública sobre este problema global”, afirmó Max Horwitz, Director Senior de International Development del BCIU.