Comunicado de Prensa l redaccion@laesquina506.com
Por primera vez en el país, Grupo Numar introduce al mercado el aceite de palma bajo la marca Clover, denominado Clover Origen, una nueva propuesta que al ser cultivada y procesada 100% en Costa Rica reafirma su compromiso con el desarrollo económico nacional y con la producción local, al mismo tiempo que promueve activamente la protección del medio ambiente.
El cultivo de la palma de aceite en Costa Rica emplea de forma directa a unas 59.000 personas, destacando su relevancia en la economía del país. En la actualidad, en suelo costarricense hay más de 76.000 hectáreas sembradas y aproximadamente 3.200 productores pequeños, medianos y grandes.
Cada año se producen 1,134,400 toneladas de fruta de palma, con 231,000 toneladas exportadas como aceite crudo y 35,000 toneladas destinadas al mercado interno en forma de aceite crudo.
El aceite de palma es el único aceite vegetal sembrado, cultivado y cosechado en suelo 100% costarricense. Tiene sabor y olor neutros, es sumamente estable a la temperatura y resistente a la oxidación, logrando así un mejor rendimiento, característica fundamental para los diferentes usos: domésticos, sodas, restaurantes, hoteles e industria alimenticia: galletería, panificación, confitería, chocolatería, helados, frituras de snacks (plátano, yuca, papa, maíz, entre otros).
También puede emplearse en la producción industrial de cosméticos, jabones, pinturas, alimentos concentrados para animales, detergentes, tintas de impresión, velas, biocombustibles y una amplia variedad de derivados y productos. Además, es un componente esencial en numerosos insumos de primera necesidad, demostrando su adaptación en diversas industrias.
La producción de Clover Origen contribuye socialmente con la generación de empleo directo e indirecto, así como con sus aportes a las municipalidades y organizaciones de su área de influencia, destacándose por contar, en la mayoría de sus plantaciones, con la certificación de Principios y Criterios de la RSPO (Roundtable on Sustainable Palm Oil, por sus siglas en inglés Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible), lo que garantiza a los consumidores que sus productores y manipuladores se han comprometido con el cumplimiento de las leyes aplicables a la gestión ambiental y social: la conservación de la biodiversidad, el uso responsable de los suelos, las prácticas de cultivo sostenible, el respecto a los derechos de los trabajadores, la participación de las comunidades y la transparencia, entre otros.
Hoy el aceite de palma es el más consumido en el mundo, sin embargo, su utilidad trasciende más allá del ámbito alimentario.
«Gracias al cultivo de la palma, más de 3.000 familias de Quepos y Parrita hemos logrado mejorar nuestra calidad de vida. Esto nos ha permitido enviar a nuestros hijos a la escuela y la universidad», dice Rafael Ángel Flores Araya, quien ha estado involucrado en esta labor durante más de 32 años.
A él se suma Ana Madrigal, cultivadora de palma desde hace más de 25 años, quien asegura que en Costa Rica el cultivo de palma se lleva a cabo de manera responsable y comprometida con el ambiente. “Nos dedicamos a cuidar nuestros bosques, nuestros animales y las zonas ribereñas”, enfatiza Madrigal.
Desde hace más de 5.000 años se ha usado en África y Asia para cocinar gracias a su versatilidad que lo convierte en un recurso invaluable con múltiples aplicaciones en la industria alimentaria, como lo es la elaboración de helados, panes, dulces, margarinas, galletas y repostería.
El cultivo de palma es altamente eficiente porque demanda menos uso del suelo, agua y productos químicos en comparación con otros cultivos. Una hectárea sembrada produce entre 6 y 8 veces más aceite que otras oleaginosas.
En el caso de Costa Rica, la palma vino a darle uso a los terrenos que abandonaron las bananeras, generando nuevos empleos en estos sectores. Se concentra en 19 cantones, entre Región Brunca, Pacífico Central, Central Sur, Huetar Norte y Huetar Caribe y emerge como un poderoso motor de desarrollo sostenible ofreciendo una oportunidad única para impulsar el progreso económico, social, ambiental del sector agrícola y para estas regiones y sus comunidades.