Estudio de BCG “Mind the Queue”, da propuestas concretas para destrabar los cuellos de botella en estudios de conexión y entrega de infraestructura.

Centroamérica y Caribe. La transición energética está avanzando más rápido que la capacidad de las redes para absorber nuevos proyectos. Los atochamientos en las colas de conexión—impulsados por procesos secuenciales de estudio, solicitudes especulativas y demoras en la construcción de infraestructura—están retrasando inversiones, encareciendo la energía y afectando la competitividad industrial, según el nuevo reporte de Boston Consulting Group (BCG), Mind the Queue: Connection Reform for the Electricity Grid.
El estudio identifica dos grandes cuellos de botella: (1) estudios de conexión—donde hoy predominan lógicas “first come, first served” poco eficientes—y (2) entrega física de las conexiones, frenada por permisos, escasez de recursos y cadenas de suministro tensionadas. El análisis propone unas palancas accionables para operadores de red y reguladores, con recomendaciones de priorización según complejidad de implementación, viabilidad regulatoria y valor para la sociedad.
“El sistema eléctrico debe evolucionar con rapidez para manejar los retos de la transición energética. No se trata solo de aumentar la capacidad de generación, sino también de modernizar la infraestructura de transmisión, lo cual es vital para que los proyectos renovables y la industria puedan desarrollarse de manera sostenible. La solución no es una única medida: exige paquetes coordinados de reformas, adaptados al contexto local”, mencionó Xavier Genis, Managing Director & Partner de BCG.
Inversión en redes: una necesidad urgente
Las redes eléctricas deben expandirse a un ritmo acelerado para responder a los retos que plantea la transición energética. El crecimiento de las energías renovables exige una infraestructura más robusta que permita conectar proyectos ubicados en diversas regiones. Al mismo tiempo, la demanda de electricidad sigue en aumento debido a la electrificación del transporte, la adopción de bombas de calor y la creciente digitalización de la economía.
BCG propone herramientas comerciales (contratos por niveles con acceso “use-it-or-lose-it” de capacidad contratada, señales de localización y anticipación de inversiones) y de infraestructura (sacar más rendimiento de activos existentes, despliegue flexible, aceleración de CAPEX y habilitar conexiones por terceros). Experiencias internacionales muestran que prácticas como dynamic line rating y el rediseño de flujos pueden liberar entre 25% y 45% de capacidad sin nuevo cableado, mientras que optimizaciones de permisos, diseño y abastecimiento pueden acortar en 20%–50% los plazos de obras.
Recomendaciones para Centro America y El Caribe
Aunque el documento es global, sus conclusiones son aplicables al contexto colombiano y latinoamericano, donde la expansión de renovables, el almacenamiento y nuevas cargas (electromovilidad, data centers e industria) presionan la capacidad de transmisión y distribución. Para abordar estos retos y asegurar el éxito de la transición energética, se proponen las siguientes recomendaciones:
- Priorizar por preparación y valor sistémico: se debe avanzar del modelo de “first come” a un enfoque de “first ready/needed”, que considere no solo la velocidad de solicitud, sino también la contribución al objetivo de descarbonización y la competitividad industrial del país. Este enfoque permite gestionar de manera más eficiente la capacidad de conexión, priorizando proyectos que agreguen valor al sistema energético y que tengan un impacto directo en la competitividad del país. La planificación adecuada y la visión a largo plazo son esenciales para evitar que proyectos clave se queden estancados.
- Ofertas de conexión flexible: para mejorar la velocidad de conexión, se recomienda habilitar opciones de acceso flexible (no firmes o por horarios) que permitan conectar proyectos más rápidamente bajo condiciones específicas. Estas ofertas deberían venir con reglas claras de curtailment y gestión de la red, permitiendo una integración más fluida de las renovables sin comprometer la estabilidad del sistema. Esto aliviaría la presión sobre las redes y ayudaría a acelerar la conexión de los proyectos necesarios para la transición.
- Señales de localización transparentes: la transparencia en los procesos de conexión es clave para la toma de decisiones eficiente. La creación de mapas de capacidad de conexión y tiempos diferenciados por zona ayudará a los inversionistas a conocer las capacidades de las redes en cada región, mejorando la coordinación entre el sector privado y público. Además, se debe asegurar que la planificación de las infraestructuras contemple las resistencias locales y se establezcan canales de diálogo para mitigar los conflictos.
- Acelerar CAPEX: es fundamental acelerar las inversiones en infraestructura de transmisión para garantizar que las redes puedan soportar el crecimiento de la demanda energética. Los permisos deben tratarse como una misión crítica, estandarizar los diseños y asegurar la cadena de suministro. Esto incluye no solo la ampliación de la capacidad de transmisión, sino también la modernización tecnológica para permitir una gestión más eficiente, especialmente en el contexto de la creciente penetración de energías renovables. La gestión de la inercia, el control de voltajes y la incorporación de tecnologías de almacenamiento deben ser elementos clave en la transición.
- Mejorar la colaboración entre el sector público y privado: El trabajo conjunto entre actores privados, públicos e institucionales es crucial. Xavier Genis subrayó la necesidad de una coordinación efectiva entre estos actores para llevar a cabo reformas en la infraestructura energética. Sin una colaboración adecuada, las reformas necesarias para la transmisión de energía podrían verse postergadas. La implementación de políticas claras y efectivas es esencial para impulsar proyectos que den respuesta a las necesidades de crecimiento.
- Desafíos locales y resistencia a nuevos proyectos: Uno de los grandes obstáculos en Colombia es la resistencia local a la construcción de infraestructuras energéticas, especialmente en áreas rurales o en territorios con recursos naturales sensibles. La educación y el diálogo con las comunidades son fundamentales para facilitar la aceptación de proyectos clave. Las plantas solares, eólicas, y los parques de almacenamiento deben contar con un respaldo social que permita avanzar sin conflictos.
- Fomentar el almacenamiento de energía: La integración de tecnologías de almacenamiento como las baterías es esencial para equilibrar la oferta y la demanda en momentos de alta penetración de energías renovables. La infraestructura de almacenamiento debe ser parte integral de las reformas a la red, ayudando a garantizar la estabilidad del sistema energético, especialmente en momentos de alta demanda o baja generación renovable.