· La forma de estudiar en la universidad ha cambiado de manera significativa. En los 80s y 90s todo era manual. La biblioteca era el centro del conocimiento. Se estudiaba con libros físicos, enciclopedias, artículos impresos y apuntes manuscritos. Hoy gracias a la tecnología el aprendizaje es práctico, aplicado, con desarrollo de habilidades blandas y técnicas.

Durante las décadas de los 70, 80 y 90, la educación universitaria se centraba en la transmisión de conocimientos teóricos mediante clases magistrales, el uso intensivo de libros físicos y la figura del profesor como principal fuente de información. El aula tradicional era el espacio predominante y el aprendizaje se basaba en la memorización, la lectura dirigida y la toma de apuntes. La práctica era limitada y, en muchas carreras, los recursos técnicos eran escasos.
A comienzos de este siglo en Costa Rica, los universitarios, sobre todo de ingenierías, aprendían con lo que había a mano: cronómetros manuales, tablas impresas, software aún con muchas limitaciones y tenían que dedicar muchas horas en la biblioteca buscando información con una bibliografía limitada y anticuada.
En la actualidad, la escena ha cambiado drásticamente. Hoy, los estudiantes aprenden haciendo: manipulan tecnología avanzada, desarrollan prototipos, resuelven problemas reales y experimentan en entornos simulados que replican el mundo profesional, tal como ocurre en la Universidad Fidélitas. Esta transformación ha convertido el campus universitario en un espacio de innovación, donde el conocimiento se construye desde la experiencia, no solo desde la teoría.
La integración de laboratorios especializados con tecnología de última generación les permite a los estudiantes de Fidélitas simular entornos reales y asumir un aprendizaje activo, transversal e interdisciplinario.
Antes se enseñaba para aprobar un examen; hoy se forma para resolver un problema real
Hace unos años, en ingeniería industrial, por ejemplo, los procesos de medición se realizaban manualmente, mientras hoy se ejecutan con software especializado que ofrecen mayor precisión y eficiencia. “Pasamos de usar herramientas limitadas por la tecnología a simular procesos industriales completos y en constante evolución. En nuestro caso, hoy los estudiantes no solo entienden la teoría, sino que la aplican con herramientas digitales que usan las empresas líderes del sector, lo cual les da una gran ventaja competitiva ya que están en constante interacción con estas tecnología”, señala. Oswaldo Prasca, subdirector de Ingeniería Industrial y Cadena de Suministro
La Ingeniería Mecatrónica, que en el año 2000 no existía en la universidad, ahora cuenta con un laboratorio de robótica industrial dotado de brazos robóticos, bandas transportadoras, simuladores 3D y módulos de manufactura avanzada. “No solo enseñamos automatización, la vivimos. Los estudiantes experimentan con tecnologías que encontrarán directamente en su vida laboral”, destaca Eduardo Escalante, director del Conglomerado de Ingenierías Eléctricas
La teoría se valida en la práctica
El cambio en la forma también es tangible en la carrera de Ingeniería Civil. Los antiguos modelos teóricos fueron reemplazados por laboratorios completamente equipados que permiten evaluar, construir y ensayar en condiciones reales. “Hoy nuestros estudiantes prueban materiales, simulan condiciones geotécnicas, estudian el comportamiento de materiales y analizan estructuras en condiciones reales y simuladas que les permite mejorar su comprensión y aumentar la confiabilidad de sus diseños”, explica José Pablo Aguiar, director de Ingeniería Civil y Ambiental.
De imaginar el sistema, a construirlo y probarlo en tiempo real
Las carreras del conglomerado de Ingeniería Eléctrica ahora cuentan con laboratorios equipados con sensores IoT, software de simulación y dispositivos con conexión a la nube. “Antes no podíamos ilustrar conceptos de la Industria 4.0 o 5.0 en el aula. Hoy lo hacemos con realidad aumentada y sistemas interconectados sin riesgo de que haya accidentes con explosiones y quemaduras. Gracias a la tecnología que se ha incorporado en la carrera, nuestros estudiantes están listos para integrarse a un entorno productivo moderno”, asegura Eduardo Escalante.
Donde antes había una maqueta de cartón, hoy hay una impresora 3D trabajando en prototipos reales
La Arquitectura por ejemplo ha migrado de un enfoque tradicional hacia un modelo experimental y digital. En los talleres y laboratorios de Fidélitas, los estudiantes ya no dedican interminables horas a la elaboración de maquetas manuales, sino que integran diseño computacional, realidad virtual y aumentada, corte láser, impresión 3D, simulación ambiental y análisis energético con una visión orientada al desarrollo sostenible . “Ya no se trata solo de diseñar con criterios estéticos , sino de responder a los desafíos ambientales, sociales y tecnológicos actuales”, comenta Gianni Baieto, director de la carrera Arquitectura con énfasis en Sostenibilidad
La universidad ya no es un edificio; es un ecosistema de innovación conectado al mundo
Cuando se habla de la formación de ingenieros y científicos, más allá de los tradicionales laboratorios de física y química, “Disponemos de equipos de alta gama que permiten validar la teoría en experimentos reales. Se acabó la física en papel”, afirma Marco Corrales, director de Ciencias Básicas.
El Laboratorio de la Innovación que tiene la Universidad Fidélitas está disponible para todas las carreras. Este espacio está dotado con impresoras 3D, fresadoras CNC, tornos, equipo diverso de soldadura, componentes robóticos, simuladores, estaciones de realidad aumentada y herramientas para el desarrollo de prototipos funcionales. “Aquí los estudiantes no solo aprenden a crear, sino a iterar, validar y mejorar. Es una plataforma para la investigación, el emprendimiento y la creatividad aplicada”, resalta la decana de Ingenierías .
Hoy no solo se aprende tecnología, se crea con ella
A principios del siglo XXI la visión sobre la tecnología en la educación estaba llena de expectativas, temores y muchas suposiciones. Hoy la realidad es otra: se prepara a los estudiantes no solo para insertarse en el mercado laboral, sino para liderar su transformación. “Orgullosamente nuestros graduados están listos para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, con criterio, innovación y herramientas reales”, asegura Melania Solano.
Con esta renovación profunda de sus espacios de aprendizaje, Universidad Fidélitas consolida su compromiso con una educación de calidad, pertinente y transformadora. “Formamos profesionales listos para enfrentar los desafíos de una sociedad cada vez más tecnológica, sostenible y globalizada”, concluye la ingeniera.