· Por Olivia Salas, Directora Regional de Marketing en Red Hat

El marketing vive hoy una transformación profunda, durante décadas, la creatividad fue el motor principal para conectar con las audiencias, pero ahora la tecnología se ha convertido en su complemento indispensable. La clave está en elegir entre cómo combinar arte y algoritmos para construir experiencias más relevantes, humanas e innovadoras.
La Inteligencia Artificial (IA), junto con tecnologías inmersivas como la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV), ha dejado de ser un recurso experimental para convertirse en un aliado estratégico. Se trata de amplificar la capacidad de las marcas para personalizar y emocionar.
La personalización es una expectativa: los consumidores esperan mensajes diseñados para ellos, no campañas genéricas. Hoy, gracias al análisis de datos y al aprendizaje automático, es posible segmentar audiencias con una precisión que parecía impensable hace apenas una década. La personalización de mensajes mediante IA es ya la aplicación más común, con un 62.4% de adopción entre las empresas, de acuerdo con el estudio ExperiencI.A: impacto, tendencias y desafíos para 2025 en Marketing Digital e Inteligencia Artificial.
Con ello, la IA generativa da un paso más allá: permite producir textos, imágenes y videos en cuestión de segundos, liberando a los equipos creativos de la ejecución repetitiva y dejándolos concentrarse en lo que ninguna máquina puede replicar del todo: la intuición, la narrativa y la conexión emocional. En 2025, Gartner calcula que el 30% de los mensajes de marketing en grandes organizaciones ya son creados con apoyo de IA.
La IA generativa, cuyo mercado alcanzará los 62,750 millones de dólares este 2025 y se expandirá hasta los 356,050 millones en 2030, según Statista; confirma que la automatización creativa no es una moda pasajera, sino un cambio estructural en la manera de concebir y producir campañas. Además, SurveyMonkey prevé que el 57% de los equipos de marketing empresarial ya usa la IA para automatizar procesos y optimizar estrategias, consolidando una tendencia que integra innovación con eficiencia.
Esto implica una evolución del rol humano hacia áreas más estratégicas, donde la creatividad define la dirección y la tecnología ofrece la velocidad y la escala; Gartner estima que el 75% de las operaciones de los equipos de marketing que adoptan IA se han desplazado de la producción manual de contenidos hacia actividades más estratégicas, reforzando la idea de que la tecnología libera tiempo para que florezca la creatividad humana.
En paralelo, las experiencias inmersivas marcan el futuro inmediato: probar un mueble en el salón de casa a través de una app de RA o asistir a un evento en un entorno de RV son ejemplos de cómo la interacción digital ya no se limita a una pantalla: se convierte en vivencia. Este cambio abre un espacio inédito para que las marcas construyan vínculos emocionales con sus consumidores, uniendo lo práctico con lo memorable.
Sin embargo, el despliegue tecnológico también exige responsabilidad, la ética en el uso de datos y la transparencia en la comunicación son tan relevantes como la innovación. El marketing del futuro tendrá que ser más humano. El reto está en equilibrar la precisión de los algoritmos con la empatía de las historias que nos mueven. Una segmentación más precisa conlleva también un compromiso de no caer en sesgos, no manipular y asegurar que la tecnología esté al servicio de la experiencia del consumidor y no al revés.
El nuevo marketing es un espacio de colaboración entre creatividad y tecnología. Y en esa colaboración, las marcas que sepan armonizar ambos mundos serán las que logren conquistar la atención y la confianza de los consumidores.