Christopher Brenes, vocero de Isuzu y apasionado del overlanding, ha visitado Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y México, donde recorrió toda la península de Yucatán y Chiapas. En su más reciente travesía, completó 8.000 kilómetros en 52 días, en lo que bautizó como “La Ruta Maya”.

San José, Costa Rica, junio 2025. El overlanding dejó de ser una tendencia exclusiva de países como Australia o Estados Unidos para convertirse en un verdadero estilo de vida en Costa Rica y otros países de la región.
Esta modalidad de viaje, que consiste en recorrer largas distancias en vehículos equipados para vivir en ellos, ha crecido en los últimos años, impulsada por la búsqueda de libertad, contacto con la naturaleza y autonomía total.
“En Latinoamérica ya existía una fuerte cultura del 4×4, pero el overlanding ha dado un paso más: ahora el vehículo no solo te lleva, sino que también te hospeda. Es una fusión entre aventura, camping y exploración total”, afirmó Christopher Brenes, aventurero, creador de contenido y vocero de Isuzu.
¿Qué es el overlanding?
El overlanding es mucho más que conducir un vehículo por caminos off-road. Es una filosofía de viaje basada en la autosuficiencia, donde el trayecto importa tanto como el destino. La experiencia gira en torno a habitar temporalmente el vehículo, convirtiéndolo en una especie de hogar móvil. Puede realizarse en motos, autos, vans, camiones y, por supuesto, vehículos 4×4.
Para lograrlo, el carro debe estar equipado con lo esencial para sobrevivir varios días en cualquier entorno: refrigeradora portátil, cocina, baterías auxiliares, tiendas de techo, suspensiones reforzadas, canopy, y en algunos casos, snorkel o bumpers metálicos.
El testimonio de Christopher Brenes ilustra perfectamente cómo el overlanding se ha abierto paso en la región. Desde el 2012, mucho antes de que fuera una moda, comenzó a adaptar su primer Isuzu para explorar rutas poco convencionales. Lo que empezó como una curiosidad se convirtió en su estilo de vida.
“Cuando empecé a armar mi carro, la gente me preguntaba para qué lo hacía. Nadie entendía que no era para circuitos de barro ni exhibiciones, sino para vivir en él y recorrer el continente”, explicó Brenes.
Con su vehículo Isuzu, Brenes ha visitado Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y México, donde recorrió toda la península de Yucatán y Chiapas. En su más reciente travesía, completó 8.000 kilómetros en 52 días, en lo que bautizó como “La Ruta Maya”. En otras ocasiones incluso llevó su carro hasta la Isla de Chira —una hazaña poco común por la falta de ferries— y hasta Panamá para participar en eventos de la comunidad overlander.
“Ya vemos gente en El Salvador, Guatemala y México adoptando este estilo. En Costa Rica, cada vez más personas compran vehículos como los Isuzu no solo para trabajar, sino para viajar, convertirlos en algo familiar o de aventura”, dijo Brenes.
Este fenómeno no solo representa una nueva forma de turismo, sino una oportunidad para promover el contacto responsable con la naturaleza, la economía local y un uso más consciente del tiempo y los recursos.
Este fenómeno no solo representa una nueva forma de turismo, sino una oportunidad para promover el contacto responsable con la naturaleza, la economía local y un uso más consciente del tiempo y los recursos.